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Estas son las palabras que guían la manifestación-artística del sábado 6 de diciembre, en la Calle Antonsanti esquina De Diego. Las escribe la artista Teresa López y las apoyan los otros artistas participantes Deborah Hunt, Maryanne Hopgood y Antonio González-Walker.

EL TERRORISMO GUBERNAMENTAL

El plan de revitalización de Santurce incluye la demolición de vivienda privada de segmentos del Barrio San Mateo de los Cangrejos. Estas propiedades están ubicadas en un cordón este-oeste entre la Ave. de Diego hasta la Ave San Jorge, detrás del Museo de Arte de Puerto Rico. La revitalización implica la destrucción de un barrio compuesto por familias de clase media baja a media alta. Este nuevo plan de revitalización impone un modelo de segregación de clases y destrucción de comunidades integrales y áreas verdes, cónsone con los modelos de desarrollo ideados por el gobierno a partir de los sesenta.

Estos modelos de desarrollo, implantados en el área metro por los tecnócratas del país, están basados en paradigmas mal copiados del "Progreso" moderno. A nivel de política pública se manifiestan como una miopía, o "short-sightedness", en términos de planificación; una inconciencia de las consecuencias ecológicas, económicas y socio-culturales de los proyectos que se impulsan. De esa falta de visión salen planes desarticulados y/o totalmente descabellados; delirios de gobernantes y de agencias que se hacen más patentemente absurdos tan pronto se finalizan. Algunos de éstos, han convertido el área metro en una ciudad destrozada y caótica, ya que los proyectos de construcción, en su gran mayoría, se prolongan indeterminada-mente para luego deteriorarse aceleradamente, al no implantarse planes de mantenimiento a largo plazo. El gobierno se dedica a remodelar o rehacer, pero nunca a mantener.

Todos los gobiernos de turno han promulgado proyectos anti-ecológicos. Recordemos, el Supertubo y la Ruta 66 o la tala de árboles y posteriores "shows" de resembrar la ciudad (¿a quién no le parece un insulto a la inteligencia que el gobierno diga, cuando es criticado por cortar árboles, que por cada árbol cortado se sembraran 5 o 10 árboles nativos jóvenes más?). Hemos sido testigos - y colaborado con nuestro silencio - de cómo el gobierno cultiva una política de cero protección de recursos naturales. Se hace de la vista larga cuando las industrias, especialmente las extranjeras, contaminan los ríos, los mares, las tierras y el aire.

Pero, como bien dice una residente del Barrio San Mateo de los Cangrejos, el problema es que nosotros "los puertorriqueños no resistimos" aunque se esté destruyendo nuestro entorno físico y emocional con el endoso gubernamental.

Tomemos otro ejemplo: el caso de la destrucción de zonas verdes para construir "Urbanizaciones" o mejor dicho, Sub-urbanizaciones. No existe,ni se contempla hacer, un estudio serio, articulado y orgánico de cuáles son las consecuencias a largo plazo de la implantación de este modelo de crecimiento. Tampoco existe una planificación urbana coherente, o sea, la implementación de un plan que determine cómo debe conducirse el crecimiento de la ciudad y el desparramiento de sus zonas. Al contrario, se continúa promoviendo este tipo de proyecto y el subsecuente crecimiento desenfrenado.

Por el otro lado, el modelo suburbano de urbanización cerrada tiene graves consecuencias sociales: aquí no existe convivencia entre las distintas clases sociales, permaneciendo éstas segregadas. La segregación social resultante de este tipo de suburbanización ha suscitado una situación muy explosiva. La clase media alta no comprende o no le interesa entender los fenómenos económicos y dinámicas socio-culturales que dan lugar a la pobreza de la mayor parte de los puertorriqueños. Se ha convertido a los pobres en delincuentes, enemigos del orden (¿el orden social?). Con su endoso, el gobierno margina a la clase pobre en los caseríos. A la gente de poder se le montan "Shows of Force" o de "Mano dura", para que ni la banca y los inversionistas se asusten. Los noticieros constantemente transmiten estos "Shows of Force", cuyos guiones operan bajo la fórmula Malo (Negro) = pobre; Adinerado (Blanco) = Bueno. Nadie se atreve a plantearse en los medios de comunicación que son los adinerados los principales consumidores de drogas y que el verdadero crimen es esta conspiración de silencio. Se "culpa" al pobre o a la pobreza, pero no a los escasos recursos, o a la división (desintegración) de clases y el problema de drogas nunca se resuelve. Como parte del "Show of Force", cuando se ocupan los caseríos se cometen serias violaciones de derechos civiles, pero eso no les preocupa a nadie en las urbanizaciones cerradas. Lo importante allí es preservar el status quo de existencia, a costa de lo que sea.

En Santurce los residentes del Barrio San Mateo de los Cangrejos están viviendo la gran pesadilla del sueño del progreso "chic". Como dijo recientemente una senadora: con el dinero de las expropiaciones los propietarios podrían irse a vivir a Los Paseos. Suponemos que para ella y la mayor parte del gobierno, esto significa que con este dinero - hipotético - los residentes podrán alcanzar al fin el "Neo-Jibaro-Puertorican-Autopista-Tapón-Dream"! De hecho, gran parte del malestar entre los residentes es que el gobierno quiere expropiar, bajo una estragegia de treta y engaño, pagándole a los residentes por sus casas un precio debajo del precio de mercado. Con ese dinero ni por Los Paseos podrán pasear. Pero dejemos Los Paseos y hagamos otro tipo de paseo. Según el plan del gobierno, Santurce se convertirá en una ciudad a lo Paris, donde "the gentle folk", el "crowd Patisserie-I'm-beautiful people", podrá caminar entre los nuevos condos y por las calles nuevas que culminarán en el gran jardín del Museo de Arte de Puerto Rico. Allí podrán todos reunirse a pintar Monets. Santurce será una ciudad rescatada de los viejitos, los dominicanos y otros "estorbos públicos", tales como las madres solteras que cogen cupones. Por esto, los residentes del Barrio no se han incluído en los planes del área, sino que se han excluído totalmente de participar en el proyecto y en la toma de decisiones que afectarán - destruirán - su comunidad. No podrán vivir en el área donde actualmente viven. Dicho sea de paso, este término "Comunidad" (tan de moda en estos tiempos), se utiliza por el gobierno mismo para adjudicarse, con fines publicitarios, iniciativas que - por cierto - están mal administradas.

La gestión de desalojo que se ha ido realizando en esta área de Santurce tiene todos los elementos de una película de horror. Los esfuerzos gubernamentales han sido desarticulados y miopes. Se hace palpable la insensibilidad y la inconciencia de los esfuerzos de las agencias e intereses que impulsan el proyecto. A los residentes se les da múltiples versiones distintas del plan, creándoles graves daños emocionales. Eso es así porque la planificación es desarticulada. Esta desarticulación ha creado un clima de incertidumbre y gran pesar entre los residentes. Alguna gente ha vendido por desesperanza, con gran temor. Para colmo de males, la Jefa de Estado le falta el respeto en los medios de comunicación a los viejitos, a los niños y a las familias que levantan su voz para proteger lo que con tanto sacrificio han logrado.

Como en el cuento del Rey Midas - pero invertido - en vez de convertir todo lo que toca en oro, los gobiernos de turno malogran todo lo que tocan. Lo deshacen. Lo destruyen. Lo hacen otra vez. Lo dejan deteriorar. Lo mal administran y lo echan a perder. Así está todo en nuestra isla: las aceras, los árboles, las playas, los ríos, las escuelas, los pueblos, las carreteras, los campos, los museos, las agencias, la cultura, los caseríos, la reforma de salud, etc. La zona metro es una ciudad de desastre, una ciudad rota. Un Beirut. Como un terrorista, siembra el caos en nuestras vidas. El terrorismo es destrucción a todos los niveles: ambientales, sociales y culturales. Es por esto que la acción de revitalizar a Santurce puede ser considerado otro acto más del terrorismo gubernamental.

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